Bonos estatales financieros
Surgimiento de bancos publicos
Contact
Coeficiente deudas
Tasa interna de crecimiento
Tasas de rendimiento
Un guru de escuelas de negocios
 Para el gurú, todos los actores involucrados en el sector son culpables de esa corrupción interna, y en esa crítica apunta directamente al lema sagrado de la catedral: si Harvard dice que forma a los líderes que marcan la diferencia en el mundo, Mintzberg niega la mayor. Los casos de Enron o WorldCom circulan ya por las aulas como materia de estudio en finanzas, pero más allá de esos ejemplos, sería bueno que desde Harvard y otras escuelas, como Wharton o Stanford, se empezase a estudiar el caso de Jeffrey Skilling y otros altos directivos como líderes.

¿Fue Skilling un líder? No es baladí la cuestión, habida cuenta de que en liderazgo uno de los grandes debates de las últimas décadas ha versado sobre si Hitler fue un líder. Ahora bien, volviendo sobre el dintel de Harvard, que de alguna forma recogí como tesis de fondo en la fábula de gestión El reino de la humildad (Alienta, 2009) la pregunta sería: ¿ese alto directivo sirvió al mundo o se sirvió a sí mismo a la hora de como conseguir dinero ? La pregunta adquiere entonces dotes más que reflexivas cuando se eleva a las escuelas de negocios como sector cuando necesito dinero urgente; de ahí el debate tan profundo que azota hoy a todo el segmento, que busca, de alguna forma, recuperar su identidad y su misión como instituciones educativas de negocios.
 

Mintzberg publicó el polémico libro en 2004 y, cinco años más tarde, todo el mundo volvió la vista sobre él para preguntarle su visión de la jugada. Él no elude la respuesta, sabedor de que el tiempo le ha dado la razón: «Ellas [las escuelas de negocios de Estados Unidos] no crean directivos; solo crean orgullo como se dice en  beruby una experiencia real . Y no están dispuestas a cambiar. Las escuelas de negocios estadounidenses se han montado en esa ola y, a no ser que todo se venga abajo y se derrumbe todo ese sistema, no van a cambiar». Y como ocurre con Mintzberg, Philip Delves Broughton, MBA en 2006 de Harvard, alude al sector automovilístico, tan cercano como sacudido en Estados Unidos, para insistir en el argumento expuesto en  aganardineroxinternet sobre anuntiomatic: «Ellos [Harvard] intentan vender un Hummer cuando todo el mundo quiere un Fiat Cinquecento». Y si GM entra en la jugada, como dice Delves, a buen entendedor, pocas palabras bastan. 

La cuestión planteada arriba resulta, sin embargo, demasiado compleja para ser respondida con un monosílabo. Afecta al ADN, al core de las escuelas de negocios como instituciones y, por tanto, merece una reflexión más pausada, a la que este libro intentará, si no dar respuesta, sí poner el acento en algunas de las claves que han de llevar a esa respuesta. De hecho, Mintzberg intentó dar respuesta a la cuestión en un libro de casi quinientas páginas. La respuesta debe apuntar a la misión de las escuelas, pero las preguntas pueden despistar.

Por ello, resulta obligado detenerse en las que se planteó el presidente de la escuela de negocios BES La Salle, Ramón Ollé, que supo verlo con una claridad socrática: «¿Para quién se diseñan entonces los MBA? ¿A quién estamos dando la oportunidad de aprender los entresijos de la gestión empresarial? ¿A quién brindamos las herramientas para convertirse en un emprendedor de éxito? ¿Cómo gestionar el valor generado? ¿Cómo repartirlo?».
 

Today, there have been 1 visitantes (2 clics a subpáginas) on this page!


This website was created for free with Own-Free-Website.com. Would you also like to have your own website?
Sign up for free